“El hombre no puede soportar demasiada realidad”. Aunque escrita posteriormente, esta sentencia de T. S. Elliot[1] reverbera en el obra de Ibsen como un lamento triste ante la enfermedad de los ideales, ante la pérdida de algunos sueños y ciertas cegueras que nos habrían aligerado el peso de la poco o mucha realidad que comporta nuestro destino. […]
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[1] “Human kind cannot bear very much reality”. Elliot, T. S. Cuatro cuartetos. Edic. Bilingüe. Barral, Barcelona, 1971. Primer cuarteto dedicado a Burnt Borton, 42.